En ralidad, después de la madrugada, la vida se hace más sencilla alegre y llevadera como me dijo don Julio, quién llegó hace dos semanas invitado por mi tío Ramiro...
No ha sido fácil para mi dejar de ser el gurú de Viña del Mar, para ser el menor en Rancagua, rebajado a la categoría de sobrino por mi tío Octavio Galarce...
Por ello me propuse trabajar como obrero en Rancagua, sobre todo barriendo las telarañas, desempolvando los rincones, espantando a los murciélagos, y sobre todo "despavilando"a mis Tíos.
En fin me alegra ir todas las madrugadas al Santuario de Rancagua, en el cual muchos trabajamos para que creciera espiritualmente y materialmente.
Ahí se respira un aire afable, de mucho cariño, se anhela invitar nuevamente a los que no están, por mi parte rezo por los Madrugadores de Agua Santa y la Quinta Región.
En San Fernando nos encontreremos la próxima madrugada.
Atte. Sergio Peralta Venegas.
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