jueves, 23 de enero de 2014

III Aniversario de la Comunidad de Madrugadores de Marchigüe

A las 5:30 de la mañana del sábado 18 de enero, nos juntamos en dos autos para ir a la comuna de Marchigüe y participar de la madrugada.  
Nos encontramos alegremente en el salón parroquial, con los anfitriones y la comunidad de Rosario, calculo que el grupo en total superaba las 50 personas. 









Después del desayuno, tuvimos dos temas de formación a cargo del Padre Renán y Octavio. Dichos temas, se relacionaron profundamente con la carta exhortación apostólica Evangelium Gaudium del Papa Francisco.  
El hilo conductor de ambos se relaciona con el compromiso del laico, ser verdaderos agentes del evangelio, llegar a plasmar la misión territorial que nos plantea la Iglesia.

Existe en nuestras comunidades una común inquietud de crecer en número y fundar nuevas comunidades, esa es la tarea que tendremos por delante los madrugadores de la diócesis de Santa Cruz, salir de nuestros lugares para encender al mundo de la pasión de ser fieles a Jesús, imitando a San José: 






" La evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy enserio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. Cada ser humano necesita más y más de Cristo, y la evangelización no debería consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: "Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí"(Ga 2,20)" (Evangelium Gaudium, 160).        





Después de la formación y reflexión nos fuimos a disfrutar del tradicional almuerzo (Cordero Asado), hubo una gran camaradería, conversamos, jugamos ping pong y taca taca; disfrutamos un gran día, fue una jornada reconfortante y motivadora. 

Un abrazo, en el próximo posteo habrá un reportaje al coro de madrugadores que se está formando en Rancagua  (a  algunos les creció el pelo y piensan que podemos dar un concierto en nuestro teatro municipal).

     

sábado, 11 de enero de 2014

Plena Confianza de que Dios nos escucha

Hace tiempo que no publicaba en el blog, y en esta primera madrugada del 2014 traje la cámara para tomar fotos y poder hacer un posteo.

Llegamos 14 personas a madrugar, un grupo no menor, tomando en cuenta que hay algunos que están de vacaciones.

El evangelio de San Lucas nos relata el título que lleva este escrito, pidan y se les dará para Dios todo es posible,¿cuando Dios nos ha negado algo que le pedimos?


Para eso estamos, para orar y para compartir nuestras madrugadas. Echamos la talla, contamos chistes, nos alegramos de compartir.


Ayer viernes tuvimos un encuentro coral para afinar las voces a cargo de Rosario Bravo, ese taller que nos imparte es muy bueno, pudimos participar al  menos tres personas a parte de la maestra. Si quieren unirse a esta actividad todos los viernes de enero en el Santuario de Rancagua nos juntamos a las 19:30 para cantar. Se notó que algunos no fueron al ensayo, porque el coro de hoy estuvo desafinado ya que el que daba el tono no fue al encuentro del viernes.




Luego rezamos junto al padre fundador

Después hubo desayuno al aire libre....

  
Recibimos la alegre noticia que el 18 de Enero vamos a madrugar a Marchigue; así es que a las 5:30 nos juntamos detrás del Santuario en la calle cuevas para ir al aniversario de dicha madrugada y finalizar con un rico almuerzo de un par de corderos asados. Voy a intentar bajar tres kilos para poder reponerme en dicha fecha.

Si alguno se motiva  hay que avisar a Octavio para que agende nuestra presencia en Marchigue.

Nos vemos allá o en el ensayo del viernes 17, la próxima semana escribiré sobre el asado, perdón sobre el aniversario de Marchigue


martes, 16 de julio de 2013

15 de Junio Aniversario N. S. del Monte Carmelo; 16 de Julio Madrugada Nacional en el Templo Votivo de Maipú

Ha pasado al menos un mes desde que nuestros ahijados celebraron su aniversario de Madrugada, hubo una misa solemne con el Padre Juvenal Galaz, hubo apuestas sobre el número de invitados que podrían aparecer, fuimos del Santuario de Rancagua y de Rosario a acompañar la celebración como Dios manda.


En la foto que sigue se puede observar al Grupo de la Parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo que ya viste de pantalones largos y se aprontarán para participar en las festividades de la Virgen del Carmen este día con Obispo incluido.


Hoy 16 de Julio, nos levantamos tipo 5 de la mañana para ir al templ de Maipú, viajamos en 3 autos desde el Santuario de Rancagua, éramos 12, en Maipú nos encontramos con Monte Carmelo, ya sumábamos 17, tres de San Fernando, y los madrugadores por excelencia de Rosario ya estaban antes de que abriera el Templo, con ellos completamos 25 de la Diócesis o la Sexta Región. Un número no menor ya que los Santiaguinos sumaban al menos 40 de todas las madrugadas locales. 

Es emocionante ver por lo menos a 65 personas madrugando en torno a la Virgen del Carmen, como alguna vez dijo el Padre Carlos Cox, la Madrugada del día 16 de Julio es la gran Madrugada Nacional. 


Estamos lejos de alcanzar dicho sueño, puesto que ya no se evidencia la presencia de los Madrugadores de la Vª Región y algunos Madrugadores de Santiago están un poco dormidos... eché de menos a Providencia, Ñuñoa, Colina. 







Para los que asistieron por primera vez, fue una experiencia imborrable, espero que el próximo año sea de un carácter más Nacional, más festivo, al menos trataremos de invitar a Guacarhue, Marchigue, Chimbarongo y Paredones para celebrar una fiesta con nuestra Patrona la Carmelita. 


Desde la zona huasa y minera (Colchagua y Cachapoal) presentes en la fiesta religiosa más importante de Chile. ¡Víva la Virgen del Carmen, patrona de Chile!

P.D. A las seis nos veremos en la Parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo, para seguir celebrando con Monseñor Alejandro Goic.


 




 

sábado, 25 de mayo de 2013

25 de Mayo encuentro Diocesano con el Obispo Goic, entorno a los 24 años de la Madrugada



Fue una jornada mágica, de Dios como dirían los que asistimos a esta Madrugada extra, contamos a más de 80 en el desayuno, vinieron de Paredones, Marchigüe, San Fernando, Guacarhue, Rosario, La Parroquia Nuestra Señora del Montecarmelo (Rancagua), y los del Santuario de Rancagua.

Presidió la Ceremonia nuestro Obispo Madrugador, Mons. Alejandro Goic, junto con los sacerdotes párrocos de; Coya P. Héctor Pulgar , P. Martín de Guacarhue y, P. Juvenal Galaz la Parroquia Nuestra Señora del Montecarmelo.


Monseñor Goic nos pidió hacer una procesión desde el Centro de Formación hacia el Santuario.

 En la prédica nos pidió tres cosas concretas (ese compromiso lo extrae de una carta o prédica del Papa Francisco).

- Primero, Caminar y ser un hombre irreprochable, lleva un estilo de vida santo; camina en la presencia del Señor, déjate conducir por el.

- Segundo; edificar la Iglesia, para ello nos llama a ser agentes activos de la salvación de los hombres, en nuestro entorno, en la Diócesis y así poder fundar nuevos grupos de madrugadores.

- Tercero; Confesar la fe, no tener miedo de decir que nos mueve Jesús, que creemos en el Testimoniarlo con nuestras acciones y palabras, a Él lo amamos.  

"Hay que seguir multiplicando esta Corriente de Gracias que son los Madrugadores".

Bellas palabras, luego vinieron las fotos, el tremendo desayuno, los testimonios de las comunidades y de los sacerdotes, pensábamos que Paredones tenía un año de vida y nos dijeron que llevan 5 años madrugando.



Finalmente las fotos de cada comunidad en torno al  Santuario donde se generó esta corriente de vida, para luego producirse  las despedidas, que en algunos casos se estiró conversando en la calle hasta las 10 de la mañana, Paredones y Montecarmelo fueron los últimos en partir, se valora a las comunidades que para llegar a nuestro Santuario tuvieron que partir a las 4 de la mañana. Eso es heroísmo de la vida diaria, quedaron las invitaciones: 15 de Junio en la Parroquia Nuestra Señora del Montecarmelo; Coya en una fecha a confirmar; Marchigüe en Enero, ya están engordando a los corderitos.

Antes de partir a Marchigüe nos veremos en Concepción en el XIII Encuentro de Madrugadores.

   

domingo, 19 de mayo de 2013

Preparándonos para el Encuentro Diocesano con el Obispo Goic

Hoy estuvimos en el Santuario, 21 Madrugadores que no le temimos a la lluvia, ni al fin  de semana largo...

Estamos espectantes de lo que ocurrirá en la Madrugada Extra del 25 de Mayo, contaremos con la presencia del P. Obispo don Alejandro Goic, más el Padre Eduardo Morín y el Padre Juvenal Galaz.  Si vienen más sacerdotes depende de las comunidades de nuestra diócesis: Guacarhue, Marchigue, Rosario, San Fernando, Paredones, la Parroquia Nuestra Señora del Montecarmelo (Rancagua), y nosotros.











Esperamos ser más de 100 personas.    
Están todos los Rancaguinos invitados, incluso los tatitas y jubilados.   

Para preparar el ambiente les invito a revisar la homilía del Obispo en la misa de los trabajadores, asistimos 10 madrugadores, 3 de nosotros fuimos a saludar a don Alejandro como muestra de nuestra disposición de servicio a la Iglesia. 






sábado, 18 de mayo de 2013

Encuentro con Monseñor Alejandro Goic



Homilía de Monseñor Alejandro Goic en Eucaristía de Día del Trabajo realizada el 30 de abril 2013 en el templo Catedral.
Queridas (os) hermanas (os):

La Palabra de Dios en la primera lectura del Génesis nos ha enseñado que lo más importante, lo más sublime, lo central de la creación divina es la persona humana, mujer y varón, creados a imagen y semejanza de Dios.

En el Evangelio, Jesús el Hijo de Dios hecho hombre no es reconocido ni valorado en su pueblo Nazaret. “¿No es éste el hijo del Carpintero’ ¿De dónde le vendrá todo esto?. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo?” (Mt. 13, 52).

Esta es la Palabra divina que inspira esta tarde nuestra oración y nuestra reflexión.
Nos podemos preguntar: ¿es la persona humana, cada persona lo más importante en Chile?; ¿se construyen las relaciones sociales y económicas desde esa centralidad de cada hombre y de cada mujer como lo más valioso y lo más sagrado?.

La enseñanza bíblica y de la Iglesia es clarísima: las relaciones laborales deben estar cimentadas sobre dos primacías fundamentales:

1º la primacía de la persona del trabajador(a) por sobre el tipo de trabajo que realiza.

la primacía del trabajo por sobre el capital.

Con estos dos principios fundamentales es necesario seguir avanzando en Chile para construir una sociedad más justa.Hoy día se habla mucho de los temas valóricos, pero muchas veces se los reduce y limita solamente a la sexualidad humana.

Una sociedad que dignifique integralmente a sus trabajadoras y trabajadores constituye el gran tema valórico a desarrollar en el presente y en el futuro. Hay una realidad aún dramática y dolorosa en Chile, a pesar de los avances logrados. Hacia el año 2011 la gravedad de la desigual distribución de los ingresos en Chile se reflejaba en que el 20% de la población más rica recibía el 62% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el 20% más pobre apenas el 3,3% del PIB. El restante 60% de la población en Chile (sectores medios) el 34,5% del PIB.

Debemos reconocer –lamentablemente – que Chile es uno de los países más inequitativos. Los obispos del Comité Permanente dijimos en la Carta Pastoral “Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile” (Septiembre 2012): “La desigualdad se hace particularmente inmoral e inicua cuando los más pobres, aunque tengan trabajo, no reciben los salarios que les permitan vivir y mantener dignamente a sus familias”.

¡Este es el gran tema valórico del presente y del futuro! Y que tiene una enorme incidencia en otras realidades como la vivienda, vida familiar, salud, educación etc. ¡Este es el tema central que debería estar en el debate de los próximos meses frente a las elecciones presidenciales y de parlamentarios!.En un país que crece económicamente, en un país que ha recuperado la democracia, la gran pregunta es ¿cómo hacemos un país más equitativo?.

El desafío de salarios dignos, particularmente, para los más vulnerables de Chile, sigue pendiente aún en nuestro país. Es necesario cuidar la dignidad de los trabajadores con salarios adecuados, y no debemos confundir la entrega de bonos y subsidios – por mucho bien que hagan – con el derecho a un salario justo que permita satisfacer las necesidades fundamentales de cada núcleo familiar.

Y junto a los salarios justos es necesarios salvaguardar otros espacios y valores: ¿se respetan los tiempos de descanso, especialmente el dominical y ¿disponen los trabajadores de espacios adecuados para desempeñar sus tareas y se cuida su seguridad laboral? ¿se pagan a tiempo los salarios y las cotizaciones previsionales? ¿hay contratos de trabajo o muchos siguen informalizados? ¿pueden asociarse en sindicatos u otras instancias permitidas por la ley para mejorar los trabajadores sus condiciones laborales? ¿los salarios son justos, hay equidad entre hombres y mujeres?.

El Card. Jorge María Bergoglio, hoy Papa Francisco dijo: “El centro no es la ganancia, ni el capital. El hombre no es para el trabajo, sino el trabajo para el hombre”. A juicio del hoy Papa “es fundamental que los gobiernos fomenten una cultura del trabajo, no de la dádiva”.

Y los Obispos dijimos: “no es comprensible que un país como Chile, con el nivel económico que hemos alcanzado, un trabajador que tiene un empleo estable esté más debajo de la línea de pobreza. Eso no es ético y no se condice con la dignidad humana. El salario ético no es una exigencia de la economía, es la consecuencia ética de la misma dignidad humana”.

Este es el mayor y más trascendente tema valórico de la sociedad chilena en la hora actual. Construir una sociedad más justa y digna para todos, donde todos puedan participar de los bienes de este mundo. Esto supone una actitud nueva desde el corazón. Especialmente para los que confesamos a Jesucristo, “el Hijo del carpintero” como Señor y Salvador; porque seguir a Jesús es creer lo que Él creyó, dar importancia a lo que Él se la dio, interesarnos por lo que Él se interesó, defender la causa que Él defendió, mirar a las personas coma Él las miró, acercarnos a los necesitados como Él hizo, amar a las gentes como Él las amó, confiar en el Padre como Él confió, enfrentarnos a la vida con la esperanza con que Él se enfrentó.
¡Dios nos ayude a vivir y realizar esta gran tarea de justicia social!¡Dios ilumine a las actuales y futuras autoridades de la Patria a construir una sociedad que dignifique a todos!.

¡Dios nos ayude a comprender lo que nos dijera el inolvidable Juan Pablo II: “La historia de cada uno es en gran parte la historia del trabajo que ha realizado!”. Y no sólo a comprender, sino a colaborar para que la historia de cada chileno y chilena, por la dignidad y justicia de su trabajo, pueda exclamar en el atardecer de su vida, ¡valió la pena haber vivido!.

¡Dios nos bendiga a todos!.

A Jesús, el Hijo del Carpintero, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 5 de abril de 2013

PAPA FRANCISCO; AUDIENCIA GENERAL


Miércoles 3 de abril de 2013
La muerte y la resurrección de Cristo, corazón de nuestra esperanza

Queridos hermanos y hermanas: Buenos días. Hoy reanudamos las catequesis del Año de la Fe. En el Credo repetimos esta expresión: «Resucitó al tercer día, según las Escrituras». Se trata precisamente del acontecimiento que estamos celebrando: la resurrección de Jesús, centro del mensaje cristiano, que resonó desde el principio y se transmitió para que llegara hasta nosotros.

Escribe San Pablo a los cristianos de Corinto: «Yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce» (1 Cor 15, 3-5). Esta breve confesión de fe  anuncia precisamente el misterio pascual, con las primeras apariciones del Resucitado a Pedro y a los Doce: la muerte y la resurrección de Jesús son  el corazón mismo de nuestra esperanza. Sin esta fe en la muerte y en la resurrección de Jesús, nuestra esperanza será frágil, y ni siquiera será esperanza, porque precisamente la muerte y la resurrección de Jesús son el corazón de nuestra esperanza. Afirma el Apóstol: «Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís estando en vuestros pecados» (v. 17).

Por desgracia, a menudo se ha intentado ofuscar la fe en la resurrección de Jesús, y entre los mismos creyentes se han insinuado dudas: algo así como una fe «a flor de tierra», como solemos decir; no es la fe fuerte. Y ello por superficialidad, a veces por indiferencia, ocupados como estamos en mil cosas que consideramos más importantes que la fe, o por una visión solamente horizontal de la vida. Pero precisamente la Resurrección nos abre a la esperanza más grande, porque abre nuestra vida y la vida del mundo al futuro eterno de Dios, a la felicidad plena, a la certeza de que el mal, el pecado, la muerte, pueden ser vencidos. Y ello impulsa a vivir con más confianza las situaciones de cada día, a afrontarlas con valentía y con tesón. La resurrección de Cristo alumbra con una luz nueva estas situaciones diarias. ¡La resurrección de Cristo es nuestra fuerza!

Pero ¿cómo nos ha sido transmitida la verdad de fe de la resurrección de Cristo? En el Nuevo Testamento hay dos tipos de testimonios: algunos tienen forma de profesión de fe, es decir de fórmulas sintéticas que señalan el centro de la fe; otros, en cambio, tienen forma de relato del acontecimiento de la Resurrección y de los hechos con él relacionados. La primera –la forma de la profesión de fe– es, por ejemplo, la que acabamos de escuchar, o la de la Carta a los Romanos, en la que San Pablo escribe: «Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo» (10, 9).

Desde los primeros pasos de la Iglesia, la fe en el misterio de la muerte y resurrección de Jesús es clara y está bien arraigada. Pero hoy quisiera tratar del segundo tipo de testimonio, es decir de los que hallamos en los Evangelios en forma de relato. Ante todo, notamos que los primeros testigos de ese acontecimiento fueron las mujeres. Al salir el sol van al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús, y encuentran el primer signo: la tumba vacía (cf. Mc 16, 1). Le sigue su encuentro con un mensajero de Dios, que anuncia: «Jesús el Nazareno, el Crucificado, no está aquí. Ha resucitado» (cf. vv. 5-6). Las mujeres se mueven impulsadas por el amor, y saben acoger este anuncio con fe: creen, y enseguida lo transmiten; no lo guardan para sí, sino que lo transmiten. La alegría de saber que Jesús está vivo, la esperanza que llena el corazón, no pueden contenerse. Esto debería suceder también en nuestra vida. ¡Sintamos la alegría de ser cristianos! ¡Nosotros creemos en un resucitado que venció al mal y a la muerte! ¡Tengamos el valor de «salir» para llevar esta alegría y esta luz a todos los lugares de nuestra vida! La resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza: ¡es el tesoro más valioso! ¿Cómo no compartir con los demás este tesoro, esta certeza? No es solo para nosotros: es para transmitirla, para darla a los demás, para compartirla con los demás. Es precisamente nuestro testimonio.

Otro elemento. En las profesiones de fe del Nuevo Testamento, como testigos de la Resurrección se recuerda solo a hombres, a los Apóstoles, y no a las mujeres. Y ello porque, según la ley judía de aquella época, las mujeres y los niños no podían prestar un testimonio fiable, creíble. En los Evangelios, por el contrario, las mujeres tienen un papel primario, fundamental. En esto podemos reconocer un elemento a favor de la historicidad de la Resurrección: si se tratara de un hecho inventado, en el contexto de aquella época no habría sido vinculado al testimonio de las mujeres. Pero los evangelistas se limitan a narrar lo que pasó: fueron las mujeres los primeros testigos.

Esto indica que Dios no elige según criterios humanos: los primeros testigos del nacimiento de Jesús son los pastores, gentes sencillas y humildes; los primeros testigos de la Resurrección son las mujeres. Y esto es bonito. Y esta es, en cierto sentido, la misión de las mujeres: ¡de las madres, de las mujeres! Dar testimonio a sus hijos, a sus nietecitos, de que Jesús está vivo, es Aquel que vive,  ha resucitado. Madres y mujeres: ¡Adelante con este testimonio! A Dios le importa el corazón, que estemos abiertos a él, que seamos como los niños, que se fían. Pero esto nos hace reflexionar también sobre el hecho de que las mujeres, en la Iglesia y en el camino de fe, han tenido y siguen teniendo hoy un papel especial a la hora de abrir las puertas al Señor, de  seguirlo y de dar a conocer su Rostro, porque la mirada de fe necesita siempre la mirada sencilla y profunda del amor.

A los Apóstoles y a los discípulos les cuesta más creer. A las mujeres, no. Pedro corre hasta el sepulcro, pero se detiene ante la tumba vacía; Tomás tiene que palpar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús. También en nuestro camino de fe importa saber y sentir que Dios nos ama, no tener miedo de amarlo: la fe se profesa con la boca y con el corazón, con la palabra y con el amor.

A las apariciones a las mujeres les siguen otras. Jesús se hace presente de manera nueva: es el Crucificado, pero su cuerpo es glorioso; no ha vuelto a la vida terrenal, sino en una condición nueva. Al principio no lo reconocen, y solo a través de sus palabras y de sus gestos los ojos se abren: el encuentro con el Resucitado transforma, da una fuerza nueva a la fe, un  fundamento inquebrantable. También para nosotros hay muchos signos en los que el Resucitado se deja reconocer: la Sagrada Escritura, la eucaristía, los demás sacramentos, la caridad, los gestos de amor que llevan consigo un rayo de la luz del Resucitado.

Dejémonos iluminar por la resurrección de Cristo; dejémonos transformar por su fuerza, para que también a través de nosotros los signos de muerte dejen lugar a los signos de vida. He visto que hay muchos jóvenes en la plaza. ¡Ahí están! A vosotros os digo: llevad adelante la certeza de que el Señor está vivo y camina a nuestro lado en la vida. ¡Esta es vuestra misión! Llevad adelante esta esperanza. Permaneced anclados a esta esperanza, a esta ancla que está en el cielo; agarrad con fuerza la cuerda, quedad anclados y llevad adelante la esperanza. Vosotros, testigos de Jesús, llevad adelante el testimonio de que Jesús está vivo, y esto nos dará esperanza, dará esperanza a este mundo algo envejecido por las guerras, por el mal, por el pecado. ¡Adelante, jóvenes!